23 de agosto de 2004

CONFESION

Es cierto, no fui honesta contigo.
Y merezco todo lo que me estas gritando, todo lo que me reprochas al oído.
No te demostré cuanto te quería, que te necesitaba.
No te abrace cuanto quise, ni te bese todas las veces que desee hacerlo.
No me atreví a pronunciar lo que sentía ni a rotular lo nuestro.
No te di título, ni espacios, ni revanchas.
No te deje soñar conmigo. No te di mi realidad.
Y muchas veces tuve el impulso.
Pero tantas veces lo retuve, lo contuve y lo guarde, para otro momento.
Pero cuando llegaban los momentos,
No supe adivinarlos o no quise interpretarlos
Y los deje pasar.
Por miedo, si.
Por miedo a que vuelva aquel pasado.
Por miedo a repetirlo y repetirme.
Se educa con el ejemplo, dicen
Y a mi me mostraron que no hay que demostrar.
Que no hay que exponerse, no hay que ceder.
Hay que ser brava y contenerse y no llorar.
Nunca demostrar.
Porque cada lagrima cedida es una batalla perdida
Y un batallón eliminado sin pelear.

Pero no me justifico. No.
Y me arrepiento.
Porque para evitar revivir el pasado,
Mate nuestro presente.
Y anule nuestro futuro.

Y hoy me duele mas.